domingo, 1 de mayo de 2016

James E. Slaughter, General de la Confederación y amigo de Vidaurri.

James E. Slaughter, fue primer oficial y general de Artillería en el Ejército de los Estados Confederados. Participó en varias batallas en Alabama, Florida, Misisipí, Kentucky y Texas. Durante los meses finales de la guerra jugó un papel importante en los asuntos de la Confederación en Texas, fue jefe de estado. Estuvo a cargo de proteger los puertos del Río Grande. Hizo un trato comercial con el apoyo de VidaurriEsto permitió que el Sur vendiera su algodón en Europa y el suministro vital de material de guerra que eran esenciales.
En los últimos días de la guerra, ya era una causa perdida para el Sur, Los confederados estaban decididos a proteger sus puertos hasta el final. General Slaughter y otros lideres decidieron resistir en la última línea de defensa contra el ejercito de la Unión, donde obtuvieron una victoria simbólica. Fue conocida como la "Batalla del Rancho Palmito" o "La última batalla".
Tras la rendición de Lee, muchos de los generales y jefes del ejército confederado se refugiaron en México. Con la ayuda de aliados de la Confederación, el General Slaughter cruzó la frontera, donde permaneció durante varios años y trabajó como ingeniero civil. Tras la captura de Vidaurri, James E. Slaughter fue uno de las últimas personas en verlo con vida, antes de ser fusilado por el ejército de Juárez.
Aquí algunos fragmentos de una carta escrita por James E. Slaughter a la familia de Vidaurri.
"Mi estimado amigo, En el momento en que reciba esta carta, los periódicos ya habrán informado de la muerte de su padre, don Santiago Vidaurri, que era mi buen y fiel amigo. Ahora es mi doloroso deber de informarle sobre los detalles de este triste suceso. Cuando los liberales entraron en la ciudad en el día 21 del mes pasado, el Sr. Vidaurri decidió buscar refugio aquí hasta que pudiera encontrar una manera de salir del país. En la mañana del día 8, que fue descubierto en la casa de un americano con el nombre de Taylor Wright. Al enterarme de su detención, fui al cónsul americano en busca de su ayuda; sentí que el Sr. Vidaurri debería de tener una audiencia ante un juez. El cónsul se negó a involucrarse. entonces busqué la ayuda del General Díaz, pidiendo y suplicando que Vidaurri se le permitiera aparecer ante un juez, sin embargo, esto resultó ser inútil. Todos nuestros esfuerzos fallaron, así que nos fuimos. Hinojoso y yo fuimos a ver Vidaurri, nuestro estimado y buen amigo desde hace mucho tiempo. Ya era de 1 en punto de la tarde cuando lo encontramos en la iglesia con algunos amigos fieles. Cuatro soldados vigilaban la puerta. Al vernos, se levantó para saludarnos con su sonrisa siempre presente y agradable....... Sin ninguna preocupación en lo más mínimo, nos recibe un abrazo. Al ver las lágrimas que caen de los ojos de Hinojoso, puso su mano sobre el hombro de Hinojoso y le dijo: "Mi querido Pedro, siempre te he conocido por tener un corazón noble"..... Le informamos de nuestra reunión con Díaz y que existían pocas esperanzas para su liberación. Me respondió que ya había recibido la orden de ejecución que se llevaría a cabo a las 4 en punto de la tarde.... La tarde anterior sintió que había sido traicionado y habría salido de la casa, pero la policía lo tenía bajo vigilancia.... Estaba completamente en paz consigo mismo, y no dio su muerte inminente el más mínimo pensamiento. Él pidió que estuviéramos presente en su muerte. Quince minutos antes de las 4 de la mañana el sacerdote apareció. Nos despedimos de nuestro buen amigo por última vez y con su habitual sonrisa, dijo: "Adiós general, hasta que te vuelva a ver." Su Amigo, James E. Slaughter "P. D. Debo decirle que yo tenia arreglado todo para la salida del Sr Vidaurri, mas se resolvio no salir hasta despues que entraba Juarez. Tambien que el General Diaz dice positivamente que no fue denunciado por Wright ni ningun Americano. Indalacio esta bien, esta en la Ensenanza, y espero que estara libre en pocos días. Se presento al saber de la muerte de su Padre. No se nada sobre Quiroga."
El 1 de Enero de 1901, James E. Slaughter se enfermó y finalmente murió de neumonía, fue enterrado en el Cementerio Nacional de la Ciudad de México.


¡Siéntete orgulloso de tus raíces y de tu patria norestense!

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