La guerra por la libertad de religion ha marcado un episodio de nuestra historia olvidado a propósito por el sistema mexicano y que nos oculta de igual manera la traición de Juarez.
Benito Juarez creo leyes practicamente hostiles en contra de la iglesia y persecuciones a los cristianos.
Tal vez el personaje más importante debido a su liderazgo como general durante la Guerra Cristera de fue el NeoLeonés Enrique Gorostieta Velarde. Nació en Monterrey, Nuevo León, el 18 de septiembre de 1890, de una prominente familia de origen vasco.
En julio de 1927 los jefes de la Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa (LNDR), contrataron al general Enrique Gorostieta, hombre de un gran talento militar. A él se debe que las fuerzas cristeras alcanzaran el nivel de un ejército organizado y disciplinado.
Benito Juarez creo leyes practicamente hostiles en contra de la iglesia y persecuciones a los cristianos.
Tal vez el personaje más importante debido a su liderazgo como general durante la Guerra Cristera de fue el NeoLeonés Enrique Gorostieta Velarde. Nació en Monterrey, Nuevo León, el 18 de septiembre de 1890, de una prominente familia de origen vasco.
En julio de 1927 los jefes de la Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa (LNDR), contrataron al general Enrique Gorostieta, hombre de un gran talento militar. A él se debe que las fuerzas cristeras alcanzaran el nivel de un ejército organizado y disciplinado.
El valor y el genio militar de este hombre fueron fundamentales para la causa cristera. Entrenó y reforzó al ejército cristero.
En el año 2012, 22 cartas personales del General Gorostieta dirigidas a su esposa durante la guerra, comprobaron que el hombre era un católico, nacido y criado en familia católica, y no un masón liberal ateo como normalmente se cree. No entró a la guerra por dinero sino por convicción religiosa.
Diecinueve días antes que debía entrar en vigor la cesación de hostilidades, un funcionario federal, quien se había infiltrado en el círculo íntimo de Gorostieta, avisó a la caballería mexicana de la presencia de Gorostieta en Atotonilco, Jalisco, y fue asesinado en una emboscada el 2 de junio de 1929.
El hombre murió, pero su memoria debe vivir para siempre en el recuerdo y honor que le debemos.
¡Viva Cristo Rey!
¡Viva Nuevo León!
¡Siéntete orgulloso de tus raíces y de tu patria norestense!
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