El Batallón de San Patricio era un unidad militar dirigida por John Riley, compuesta de varios cientos de inmigrantes europeos que lucharon en el Ejército Mexicano contra la invasión de los Estados Unidos.
Fue formada principalmente por inmigrantes de origen irlandés y alemán, además de una minoría canadiense, inglesa, escocesa, polaca, francesa e italiana; la gran mayoría eran católicos.
Numerosas teorías han sido propuestas en cuanto a sus motivos de deserción, incluyendo la alienación cultural, el mal trato a soldados inmigrantes por los soldados estadounidenses y el disgusto al presenciar la mala conducta de las tropas americanas tras las victorias de batalla. Algunos historiadores creen que la motivación principal era que compartían la religión Católica con los hispanos.
A mediados de Marzo de 1846, abandonan al ejercito norteamericano en Brownsville, Texas. Cruzan el Río Grande y en Matamoros se integran y se ponen a la disposición del Ejercito del Norte comandado por el General Pedro de Ampudia. Riley y sus hombres sigueron al Ejercito del Norte hasta Linares, donde se detuvieron para descansar y curar a los heridos.
Fue formada principalmente por inmigrantes de origen irlandés y alemán, además de una minoría canadiense, inglesa, escocesa, polaca, francesa e italiana; la gran mayoría eran católicos.
Numerosas teorías han sido propuestas en cuanto a sus motivos de deserción, incluyendo la alienación cultural, el mal trato a soldados inmigrantes por los soldados estadounidenses y el disgusto al presenciar la mala conducta de las tropas americanas tras las victorias de batalla. Algunos historiadores creen que la motivación principal era que compartían la religión Católica con los hispanos.
A mediados de Marzo de 1846, abandonan al ejercito norteamericano en Brownsville, Texas. Cruzan el Río Grande y en Matamoros se integran y se ponen a la disposición del Ejercito del Norte comandado por el General Pedro de Ampudia. Riley y sus hombres sigueron al Ejercito del Norte hasta Linares, donde se detuvieron para descansar y curar a los heridos.
El primer combate de los San Patricios en suelo neoleonés fue la Batalla de Monterrey el 21 de septiembre de 1846. Sirvieron con distinción y está acreditado que rechazaron con éxito dos diferentes asaltos al corazón de la ciudad. Pese a su extraordinario rendimiento como artilleros en varias batallas, especialmente en la defensa de Monterrey, donde defendieron exitosamente La Ciudadela, el comandante Pedro Ampudia, desesperado, pidió parlamento, consumando la capitulación de Monterrey.
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| Defensa de la ciudad de Monterrey. |
¡Siéntete orgulloso de tus raíces y de tu patria norestense!
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